Por Armando Navarro.
Basada en una interesante y cruda obra teatral montada hace cuatro años por el mismo Guillermo Ríos, esta cinta falla al intentar transpolar el espíritu de la puesta en escena a la pantalla grande. Si dejamos a un lado los estereotipados díalogos, las acartonadas actuaciones, la innecesaria y ridícula secuencia de Galilea Montijo (un taller de actuación por favor!!), los momentos de humor involuntario y demás clichés, no nos queda practicamente nada. Sólo “La Zorra” y “La Manchada” exquisitas en sus roles, con futuro prometedor. Eso sí, las salas a reventar. ¿En verdad este es el cine que nos merecemos? Dos estrellas.
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