lunes, 28 de febrero de 2011

Por qué no debió de ganar The King’s Speech?


Por Armando Navarro.

De haber ganado el Oscar a mejor película “Black Swan”, la Academia hubiera conseguido de forma más contundente eso que busca con tanta desesperación: la atracción y respeto del público más joven, al premiar una película compleja y ante todo original.

De haberse llevado el máximo galardón de la noche “Inception” o “The Social Network”, igualmente se hubiera premiado el trabajo de dos de los directores más importantes de los últimos años y que pertenecen a una generación que revolucionó el cine en la década de los 90.

De haber ganado “Winter´s Bone” o “The kids are all right”, las pequeñas de la competencia y que van del más desgarrador drama hasta comedia hilarante e inteligente, se hubiera pensado que la Academia no se deja engañar por grandes presupuestos o nombres de estrellas, sino que en verdad premia a la calidad de una cinta.

“The Fighter” y “True Grit” cuentan con actuaciones de primer nivel, en un estilo que igual gusta a los miembros de la Academia: el boxeo y los western en esta ocasión no fueron suficientes, aún y con lo estilizado de ambos trabajos.

“Toy Story 3”, una auténtica joya, en la categoría de mejor película la tenía perdida de entrada pues su lugar era seguro en mejor largometraje animado. Sólo “127 Hours” de Danny Boyle no tenía la fuerza suficiente para competir con todas las demás, en un año lleno de cintas memorables.

¿Pero otorgarle el premio mayor a The King’s Speech? La película más ordinaria e incluso intrascendente de todas las nominadas, esa que de un estilo tan clásico cansa y aburre. Lo único sobresaliente son las potentes actuaciones de Colin Firth, Geoffrey Rush y Helena Bonham Carter y de las cuales la Academia sólo premió a Firth.

No debió de ganar la cinta de Tom Hooper por una razón muy simple: El Oscar a mejor película, debe ser entregado a aquella que en la suma de sus partes (actuación, dirección, guión, fotografía, música, etc.) consiga una perfecta armonía y convenza tanto al público como a la crítica. Sin tomarse tan en serio (como en los Globos de Oro) y premiar a la verdadera calidad, sin importar el tema o la forma en la que éste se aborde.

Se trata pues de un gran retroceso respecto a lo que la Academia había logrado al premiar a “Slumdog Millionaire” en el 2008.

Por si fuera poco, se pasa por alto el impecable trabajo de Darren Aronofsky y David Fincher, directores complejos e inteligentes con mucha más experiencia e infinitamente superiores al ganador en mejor dirección: un mediocre director inglés que tiene su carrera basada en trabajo en televisión, Tom Hooper. Y ya ni hablar de Christopher Nolan, quien ni siquiera fue nominado.

En los apartados a Mejor Actor y Actriz no hubo sorpresas: hubiera sido una infamia dejar sin nada a Natalie Portman después de semejante actuación en “Black Swan”, mientras que Colin Firth, honestamente, debió de ser lo único premiado de The King’s Speech. Y quedan dudas, pues el trabajo de Bardem en “Biutiful” es de una complejidad surrealista.

Christian Bale y Melissa Leo le dieron a “The Fighter” dos Oscars que también ya estaban prometidos y por los cuales parecían no tener contrincantes. Será interesante el trabajo de Bale en la próxima cinta de Batman, ahora ya como todo un: “Academy Award Winner”.

En las categorías técnicas sí sorprendió que “Alice in Wonderland” se llevara dos premios en dirección de arte y vestuario, pues algo tienen las cintas de Tim Burton que siempre se quedan con las manos vacías independientemente de su innegable calidad.

Resulta una verdadera aberración que en lugar de haber otorgado el Oscar como mejor guión original a un trabajo tan ambiguo y surreal como “Inception” o a otro tan ocurrente como “The Kids are all right”, se lo hayan entregado a un guión tan plano y repito, ordinario, como lo es “The King’s Speech”.

“Inception” fue “premiada” con 4 Oscars en categorías técnicas, que dada su calidad y originalidad, resulta un castigo: cinematografía, efectos especiales, edición de sonido y mezcla de sonido. Al menos, pues lo imperdonable hubiera sido que no se llevara nada un film de tal potencia y complejidad.

“The Social Network”, la gran favorita de los críticos, y que se esperaba fuera la gran ganadora de la noche, terminó ganando solamente en edición, música, y guión adaptado. Aaron Sorkin y Trent Reznor, cada uno desde su trinchera, le imprimieron a esta cinta una frescura y dinamismo pocas veces visto.

Finalmente, la Academia sigue sin premiar a Alejandro González Iñárritu y por lo tanto, a México. En la Categoría de Mejor Película Extranjera la ganadora resultó “In a better world” de una favorita del gremio: Susanne Bier, que ya había ganado el Globo de Oro. Una cinta floja sin hambre de trascender.

“Dogtooth” o “Biutiful”, películas profundas con temas universales y actuaciones desgarradoras, debieron de ser las premiadas. El triunfo de Bier, sólo demuestra que los gustos de la Academia siguen siendo limitados y mojigatos.

Y otra cosa muy importante queda clara, los premios son engañosos: La película que gana el Oscar a Mejor película del año no es para nada absolutamente la mejor cinta del año.

Las mejores películas del año muchas veces, la mayoría incluso, nunca llegan al gran público, que desafortunadamente se queda a ver sólo lo que “Tio Oscar” le invita a ver.

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